Filomena Trocóniz Santacoloma
Datos biográficos
Nació en Portugalete a las 8 de la mañana del 23 de enero de 1902 y fue bautizada el 3 de febrero, según consta en el libro de bautizados de la iglesia de Santa María de ese año. Su padre, Fernando Trocóniz Ortiz, originario del pueblo alavés de Ilarraza, fue trabajador de Altos Hornos de Vizcaya y murió siendo ella niña. Su madre, Gabina Santacoloma Zamarripa, era natural de Trapagaran. La familia residía en el número 11 de la calle El Ojillo, donde con toda seguridad vino al mundo doña Filomena.
Murió en Bilbao el 25 de febrero de 1986. Su funeral se celebró en la iglesia de Santa María de Portugalete. Ofició la ceremonia el párroco Txomin Bereciartúa, miembro del Patronato de la Fundación. Fue enterrada en La Arboleda, en un panteón familiar.
El Ayuntamiento de Portugalete acordó en pleno municipal dar el nombre de Filomena Trócóniz Santacoloma a una plaza de la villa.
Trayectoria profesional y vida laboral
Maestra de profesión, ejerció su docencia en varias escuelas, según su hoja de servicios. Comenzó su larga trayectoria docente dando clase en las Barrietas Altas (Sopuerta) en 1922.
En 1924 pasó a la escuela de Chávarri en Galdames. Eran escuelas de una sola aula,las que más tarde se llamarán unitarias, de carácter mixto, en las que se agrupaban niñas y niños de todos los niveles y edades.
En el curso 1926-1927 estuvo en el barrio de Sanfuentes, municipio de Abanto y Ciérvana, y de 1927 a 1932 impartió clases en la escuela de Urioste. Este último año se trasladó al sanatorio de Górliz, en donde permaneció durante cuarenta años hasta su jubilación en 1972.
Personalidad y perfil humano
Durante su larga estancia en Górliz se dedicó a la enseñanza de las niñas y niños enfermos allí residentes. Según Sor Mercedes de Olivar, religiosa perteneciente a las Hijas de la Caridad, en el sanatorio se la conocía con el nombre de "doña Filo". Era "toda una institución de sencillez, austeridad, cercanía y entrega a su trabajo con los niños". Los testimonios de quienes la conocieron coinciden en definirla como sencilla, cercana, acogedora, gran compañera, persona que no daba importancia a su trabajo, animada y participante en los actos festivos del sanatorio.
Algunas compañeras y amigas decían de ella que fue guapa de joven y siempre tuvo buen gusto y mucho estilo. Inteligente, trabajadora, creativa, observadora, con gran interés por sus alumnos, alegre. Contaba chistes y le gustaba cantar en las fiestas y celebraciones, especialmente en Navidades y en el cumpleaños del director del sanatorio. En fechas señaladas preparaba obras de teatro o redactaba poesías y canciones alusivas al acto, que las niñas y niños interpretaban y recitaban bajo su atenta mirada.
Era culta, fina en el trato, tranquila y sosegada, competente en su trabajo. Aficionada a la lectura y con especial gusto por la música clásica. Amante del hogar, dedicaba parte de su tiempo libre a tocar el piano que tenía en su casa.
Fue una mujer dedicada por completo a la educación y la enseñanza. Como maestra fue una mujer recta, disciplinada, de gran personalidad, que imponía respeto.
Su vida sencilla y austera le permitió ahorrar un pequeño capital, que invertiría en bolsa y finalmente destinaría a la formación y educación de jóvenes de Portugalete.
En cumplimiento de su voluntad se constituyó el 29 de septiembre de 1986, la Fundación Trocóniz Santacoloma, cuyo objeto y fin es la formación y educación de las y los jóvenes de Portugalete. Se la reconoce por ser la primera que con estas características se registró en el Gobierno Vasco. Está presidida por el alcalde de la villa, el párroco de la basílica de Santa María y el concejal delegado del Área de Educación del Ayuntamiento de Portugalete.
El Ayuntamiento, en reconocimiento a su generosa acción, acordó dar su nombre a una plaza de la villa y encargó la realización de un cuadro suyo, que se instaló en las dependencias municipales.